PASIÓN

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La pasión por nuestra consagración nos hace místicas y profetas, nos renace con la fuerza del Espíritu, de la pasión y la compasión del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Nos dispone enteramente al servicio de nuestra misión de amor y misericordia.

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Como San Juan Eudes y Santa María Eufrasia somos mujeres apasionadas por Jesucristo y su causa del Reino, dispuestas a entregar la vida, alimentadas por la dinámica de la intimidad del encuentro con el Señor y la dinámica del encuentro con toda persona herida, particularmente la mujer marginada, en un amor sin límites.

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• La persona, en el corazón de la misión

• La misericordia, el amor que perdona

• Vive la Justicia, Defiende y da vida 

• Contribuye a un Proceso de Renacimiento “Mujer Resiliente”

• Conciencia de grupo, creadora de unidad, redes

• Innovadora abierta al cambio, promueve líderes

• Actitud positiva, plena de pasión y celo

• El amor, como fuerza Liberadora confianza hasta el riesgo.